Buen hábito alimenticio n.º 2

Controlar la ingesta de líquido y cambiar la sal por hierbas aromáticas y especias

Es muy importante que mantenga la ingesta de líquidos bajo control, sencillamente porque su cuerpo está reteniendo líquidos. Una cantidad excesiva de líquidos en su organismo puede afectar negativamente a su salud y provocarle problemas como hipertensión, problemas cardíacos y dificultades para respirar.

Entonces, ¿Cuánto puedo beber al día?

Su médico deberá determinar cuál es la cantidad de líquidos que debe ingerir a diario. Normalmente suele ser 0,5 litros más la excreción de orina restante (durante un período de 24 horas). Recuerde que, a la hora de contabilizar la ingesta de líquidos, no solo debe contar como ingesta, bebidas como el agua, el café, el té o la leche, sino también aquellos alimentos que se encuentran en estado líquido a temperatura ambiente, como el yogur líquido, el helado o la sopa.

¿Qué puedo hacer para controlar la ingesta de líquidos?

Beber cantidades muy pequeñas es, por supuesto, uno de los cambios más difíciles que debe introducir en su nutrición. Una forma fácil de llevar un seguimiento de la ingesta de líquidos consiste en llevar una botella de agua que contenga la cantidad máxima diaria de líquido que debe beber durante el día. O, cuando se siente a la mesa, ¡simplemente utilice vasos más pequeños, para así tratar de engañar al cerebro!

¿Y qué puedo hacer si tengo sed?

Hay muchos y buenos consejos y trucos sobre cómo reducir la sed. Un método muy eficaz consiste sencillamente en enjuagarse la boca o hacer gárgaras con agua tibia. Y, hasta 4 veces al día, también puede colocarse media rodaja de limón en la boca: ¡le producirá una sensación refrescante!

Si controlar la ingesta de líquidos le supone un gran problema, otra posibilidad consiste en reducir la sed mediante chicles sin azúcar. Los días calurosos, puede preparar cubitos de hielo con gotitas de limón o de otra fruta ácida.

¿Tengo que evitar la sal para no tener tanta sed?

Esa es una parte del problema, sí. La sal se fija al agua y debido a ello, cuando la consume, el cuerpo le «pide» que ingiera líquidos. La sal se acumula en el organismo, de manera que provoca graves problemas de salud como la hipertensión e incluso accidentes cerebro vasculares. También se deben evitar los sustitutivos de la sal y las sales con bajo contenido en sodio. La mayoría de estos sustitutivos contienen una gran cantidad de potasio: los altos niveles de esta sustancia también resultan muy dañinos (consulte la página 15 si desea tener más información sobre el potasio).

Hmm. Pero la mayoría de los alimentos tienen un sabor soso si se toman sin sal…

Es cierto; en nuestra cultura, la sal es un condimento que se utiliza con mucha frecuencia. Sin embargo, en otras partes del mundo, apenas se utiliza la sal. En estas culturas, en lugar de sal, se utilizan hierbas aromáticas y especias. Por supuesto, no hay ningún motivo por el que nosotros no podamos hacerlo también.

Entonces, ¿cómo puedo dar más sabor a mis comidas?

Empiece a sustituir la sal con sabores como el ajo, la cebolla, el apio o un poco de vinagre y utilice hierbas aromáticas como el cebollin, el perejil, el orégano, el tomillo, etcétera. Aumentará los sabores y reducirá muchísimo el riesgo de sufrir problemas de salud. Únicamente debe evitar las especias de sabor intenso como el chile y la pimienta, dado que también aumentan la sed.

Una sugerencia más: evite los alimentos ya procesados, suelen contener más sal de la que usted debe consumir.

Recuerde

  • controlar la ingesta de líquidos: normalmente unos 0,5 litros/día.
  • la sal se une al agua; trate de consumir la menor cantidad de sal posible.
  • evitar los sustitutos de la sal.
  • utilizar hierbas aromáticas y especias para sustituir la sal pero tenga cuidado con las especias picantes.
  • combatir la sed haciendo buches con agua tibia.